Corta, media o larga estancia: ¿qué tipo de alquiler te conviene más en Tenerife?

Si tienes una vivienda en Tenerife y estás pensando en alquilarla, es probable que te preguntes:
  ¿Qué me conviene más, un alquiler de corta, media o larga estancia?

Cada opción tiene sus ventajas, riesgos y tipos de inquilino. En este artículo te ayudamos a tomar la mejor decisión según tu perfil como propietario, tus objetivos y el tipo de vivienda que ofreces.

Corta estancia (menos de 30 días)

Este es el formato más conocido: alquileres por días o semanas. Aquí los huéspedes suelen ser turistas, vienen a pasar unos días de sol y playa, y esperan un alojamiento cómodo, limpio y bien ubicado.

Si la vivienda está en una zona turística y tienes una buena estrategia de precios y ocupación, puede generar buenos ingresos. Pero también requiere estar muy encima: limpieza constante, entradas y salidas, resolución de pequeños imprevistos... y más desgaste del piso.

¿Mi consejo? Si no vives en Tenerife o no quieres estar todo el día pendiente, este modelo solo funciona bien si tienes a alguien de confianza que lo gestione por ti como C&J Inmobiliaria.

Media estancia: la opción tranquila y rentable

Aquí hablamos de estancias de 1 a 6 meses. Es la opción preferida de personas que vienen a teletrabajar desde la isla, jubilados europeos que escapan del frío o estudiantes que buscan algo temporal.

Es un tipo de alquiler más relajado. No hay tanta rotación, los inquilinos suelen ser más responsables y no necesitas una licencia turística. Además, como gestora, puedo organizarlo todo sin agobios: desde la entrada hasta cualquier pequeña incidencia que pueda surgir.

Si buscas una buena rentabilidad sin tener que estar tan encima, esta opción es ideal. Muchos propietarios que no viven en Tenerife o que simplemente quieren tranquilidad optan por esta fórmula.

Larga estancia: estabilidad ante todo

Este modelo es el más clásico: contratos de más de 6 meses, normalmente para residentes o trabajadores desplazados. Aquí todo va más lento y estable. Se firma un contrato, se establece una mensualidad fija y, salvo incidencias, no hay mucho más que hacer.

Es perfecto si no quieres preocuparte por nada durante muchos meses. Eso sí, la rentabilidad suele ser más baja que en las otras opciones, y si en algún momento quieres disponer de la vivienda, tendrás que esperar al vencimiento del contrato.

Entonces… ¿con cuál te quedas?

Si te gusta tener todo bajo control y puedes atender el día a día: quizá te interese la corta estancia.

Si prefieres equilibrio entre rentabilidad y tranquilidad, y no quieres estar encima todo el tiempo: la media estancia suele ser la más agradecida.

Si lo tuyo es la estabilidad y simplemente quieres ingresos fijos sin complicaciones: la larga estancia funciona muy bien.

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